Cirugía dermatológica

Eliminación de lesiones cutáneas:

Carcinoma basocelular

El Carcinoma basocelular es el tumor cutáneo maligno más frecuente.

Suele presentarse como una pápula  brillante que cuando crece puede llegar a sangrar.  Crece lentamente pero si no se extirpa va infiltrando el tejido sano donde aparece.

Ocurre con mayor frecuencia en zonas de la piel que están expuestas al sol, como la cabeza y el cuello.

La extirpación por cirugía convencional es el tratamiento de elección en la mayoría de los casos.  Los casos superficiales pueden tratarse también con crioterapia,  imiquimod tópico o con TERAPIA FOTODINÁMICA (terapia en la que se aplica una sustancia fotosensibilizante que se absorbe por las células tumorales, y posteriormente se aplica una luz LED roja que destruye estas células fotosensibilizadas).

Nevus (lunares)

Los nevus, comúnmente conocidos como «lunares», se forman debido a la proliferación de melanocitos. Es necesario realizar un seguimiento de los mismos y que sean valorados por un dermatólogo.

Los lunares pueden extirparse por diversos motivos. En algunas ocasiones será el propio dermatólogo el que  recomiende quitarlo para poder analizarlo y descartar que se esté “haciendo malo”.

Normalmente recomendamos extirpar un nevus cuando hay algún cambio. La regla del “ABCDE” puede ayudar en esta decisión:

A: asimetría de la lesión.

B: bordes irregulares.

C: que cambie de color.

D: que crezca o aumente su diámetro.

E: que evolucione o que cambie.

En este caso extirparemos quirúrgicamente el lunar por completo en forma de cuña y cerraremos la herida mediante sutura, para posteriormente hacer un estudio histopatológico de la pieza.

Otros lunares, como los verrugosos o intradérmicos, suelen extirparse a petición del paciente por motivos estéticos o por molestias derivadas del roce. Pueden extirparse mediante afeitado  o “shaving”, donde el lunar se corta a ras de piel y se cauteriza para que no sangre, con nitrato de plata o  electrobisturí.

Quistes

Se trata de una lesión benigna, que puede crecer a lo largo del tiempo. Son muy frecuentes y pueden aparecer a cualquier edad.

No hay riesgo de que se transformen en cáncer. Sin embargo se pueden infectar, huelen mal y pueden ocasionar molestias. Por ese motivo se extirpan en muchas ocasiones. Es una intervención quirúrgica sencilla, realizada con anestesia local, en la que se extrae el quiste completamente, incluyendo la cápsula para que no vuelva a recidivar.

Acrocordones

Los acrocordones o fibromas, son pequeños tumores benignos que suelen aparecer en zonas de pliegues, como el cuello, ingles y axilas.

Su extirpación puede realizarse con crioterapia o bien con anestesia local y bisturí eléctrico o tijeras.

Lóbulo Rasgado

El  paso del tiempo, el peso de los pendientes o incluso pequeños tirones, pueden producir lo que conocemos como lóbulo rasgado. El pequeño orificio del lóbulo de la oreja se estira y se agranda e incluso a veces se rompe del todo impidiendo ponernos pendientes.

La solución para este problema es lo que conocemos como la lobuloplastia, una pequeña intervención quirúrgica con anestesia local, de poca duración y con una rápida recuperación.

Cierre orificio del piercing

Cerramos el orificio del peercing con una sencilla y rápida intervención que consiste en “refrescar” los bordes del agujero del peercing y cerrar con un o dos puntos muy  finos.